Por Reinaldo Wossaert Silva (*)
La Habana (Prensa Latina) Covid-19 varió en 2020 el quehacer de la sociedad y, por ende, el desarrollo de las diversas disciplinas deportivas, aunque una de ellas, el ajedrez, desafió a la pandemia y logró sobrevivir.
Cuando el coronavirus SARS-CoV-2 comenzó a expandirse como pólvora por el mundo, la comunidad internacional necesitó tomar medidas de aislamiento para evitar la propagación de la enfermedad.
Ello obligó, incluso, a posponer para el verano de 2021 la realización de los Juegos Olímpicos de Tokio; sin embargo, el llamado juego ciencia eludió los embates del letal virus y gracias a las nuevas tecnologías permitió a profesionales y aficionados disputar torneos vía online desde sus casas u otro espacios.
Bajo el lema «Somos una familia», la Federación Internacional de Ajedrez promovió la realización de eventos, ya que con esta modalidad no es necesario que los contrincantes se midan tablero por medio, ni toquen las piezas o pulsen el reloj luego de cada jugada.
La realidad es que solo necesitaron una laptop, un ordenador o un dispositivo móvil conectado a las plataformas para intentar dar jaque mate a los oponentes.
Así, sobresalieron sitios digitales como Chess.com, Lichess.org o Chess24, que se convirtieron en las plataformas preferidas para los practicantes.
Por ejemplo, ya en el mes de mayo, se evidenció un aumento de dos millones de partidas respecto al mes anterior cuando se disputaron 73 millones, muy superior a lo concebido en febrero, que sumó 44 millones.
A juicio de especialistas, ello se debió a que los jugadores se adaptaron bien a la dinámica del ajedrez virtual con la ejecución de todo tipo de eventos -nacionales e internacionales, individuales y colectivos-, mayoritariamente desde Europa y América.
Además, el ajedrez en línea benefició a las federaciones que no podían desembolsar importantes sumas de dinero para pagos de hospedaje, alimentación y transporte.
Y otro factor vital, es que la práctica del ajedrez por internet permitió el desarrollo de los más inexpertos, quienes observaron partidas de los experimentados, e incluso, lograron jugar contra esos maestros.
De acuerdo con la Gran Maestra cubana Lisandra Ordaz, las plataformas online son excelentes para entrenar y analizar los errores en el transcurso de la partida y seguir los eventos de élite en vivo.
La también Maestro Internacional Absoluto (MI) declaró recientemente al medio digital Cubadebate, que el ajedrez virtual dispone de entrenadores de tácticas, matches temáticos, cursos impartidos por fuertes jugadores y reconocidos preparadores a nivel mundial.
Precisó, entonces, que esta modalidad siempre ha existido en Cuba, pero su práctica de forma organizada surgió a raíz de la Covid-19, tanto para cumplir con el necesario distanciamiento social, como para desarrollar a las figuras jóvenes.
En tal sentido, añadió que en Cuba los eventos sufrieron transformaciones y se celebraron de manera online, excepto los campeonatos nacionales ganados por Carlos Daniel Albornoz y Lisandra Ordaz.
Por ejemplo, entre otros certámenes se organizaron la Copa «Cuban Online Chess» por equipos auspiciado por la Federación Cubana del Deporte, en la cual participaron jugadores de todas las provincias; el María Teresa Mora In Memoriam y el emblemático Internacional José Raúl Capablanca.
Internacionalmente, las trebejistas de la isla concursaron en el «Batalla de América», organizado solo para mujeres y con la presencia de elencos de Colombia, Panamá, República Dominicana, Chile, Costa Rica y Honduras. Las «criollitas» se impusieron con 289 unidades, escoltadas por las chicas de Colombia y Panamá, dueñas de 253 y 184 puntos, respectivamente.
Para ello, explicó que siempre se crearon grupos en las redes sociales para contactar a los ajedrecistas de los distintos territorios, y, por ello, destacó la importancia del ajedrez en este difícil contexto marcado por la Covid-19.
Además, durante este tiempo tuvo lugar la primera Olimpiada Mundial de Ajedrez Online, cuyo final sigue hoy en la palestra pública, tras declararse a Rusia e India como campeones debido a un fallo global de internet en pleno enfrentamiento de los jugadores.
Después de un mes de constantes aperturas y defensas entre los 163 equipos participantes, ambas naciones superaron en la ronda semifinal a Polonia y Estados Unidos, respectivamente, y empataron en la primera ronda de cotejos (3-3) de la gran final.
Con el seguimiento en línea de alrededor de medio millón de aficionados, la segunda vuelta trajo el desconcierto, ya que dos representantes indios, Nihal Sarin y Divya Deshmukh, perdieron la conexión a Internet.
Por tal motivo, Sarin y Deshmukh no lograron concluir sus partidas y el triunfo definitivo correspondió a Rusia, por 4,5-1,5, lo cual, ipso facto, trajo la reclamación oficial de los perdedores.
La Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) movió las fichas, revisó los servidores de la plataforma Chess.com y reconoció que la causa fue una falla global, por lo cual decidió conceder dos primeros lugares.
A pesar del traumático cierre, la Olimpiada cumplió su designio de brindar opciones de juego para paliar la crisis causada por el coronavirus SARS-Cov-2, luego del aplazamiento para 2021 del evento orbital previsto este año en Moscú, capital de Rusia.